
El Shanghai Maglev (Magnetic Levitation), inaugurado el 1 de enero de 2009, es la primera línea comercial de alta velocidad mediante levitación magnética construida en el mundo, que une el Aeropuerto Internacional de Pudong, y la estación de metro de Longyang Road. La distancia entre ambos puntos es de 30 kilómetros.
La levitación magnética es un método que consiste en mantener un objeto a flote mediante la acción de un campo magnético. Ha de ser lo suficientemente fuerte como para igualar el peso del cuerpo en cuestión.
El Shanghai Maglev tarda 7 minutos y medio en completar el recorrido, en el cual alcanza una punta de 431 km/h (como curiosidad, se han superado los 500 km/h en período de pruebas). El precio es de 50 yuanes, unos 5 €. Como comparación, el mismo recorrido se puede hacer en metro, sin embargo se requieren sobre 50 minutos, pagando por ello 6 yuanes, 0’60 €.
El presupuesto para la construcción de esta línea ascendió a aproximadamente 1000 millones de euros. La pregunta es, ¿hasta qué punto es rentable esta inversión? Quizás un tren convencional, que alcanzara unos 200 km/h tardaría poco más de 10 minutos en completar el recorrido y el presupuesto sería significativamente más bajo. Por otro lado hay que tener en cuenta que parte del objetivo de este proyecto quizás sea la imagen de modernidad, el marketing y los beneficios indirectos producidos por ello.
Posteriormente a la puesta en servicio de esta primera línea, se planteó la construcción de futuras líneas para conectar la ciudad de Hangzhou, a 180 kilómetros; y otra con el Aeropuerto Internacional de Hongqiao. Sin embargo, por protestas públicas respecto de los posibles daños sobre la salud producidos por los campos electromagnéticos, ambos fueron suspendidos.